Mil
y un artefactos forman parte de la materia plástica de la que se compone esta
bomba de relojería que, sobre todo, está destinada a no dejar impasible a quién
se preste a colocársela entre los oídos. Desde que la púa rasga las cuerdas
hasta que los vatios son vomitados ferozmente por el amplificador, la señal se
procesa por mil y un filtros, llámense fuzz, reverb, delay, overdrive…, para
crear un conglomerado sónico que, por momentos, se masca.
Rock Them Back To Hell! deja claro que
tipos como Jon Spencer y los suyos no tienen la exclusiva en utilizar el blues como materia
prima en las composiciones para dar vida a una amalgama de sonidos que acortan
la distancia que separa el rock del punk y viceversa; aunque es evidente que en
este álbum Brenn Beck y Freddy J. IV a.k.a Left Lane Cruiser decidieron
utilizar como materia prima la variedad aromática del Delta, en la que el dobro
y el slide tienen mucho que decir, dejando ver con ello cuales son las
influencias que les hacen caminar como banda: el blues del Mississippi y
aquellas variedades del country con mayor regusto redneck.

Rock Them Back To Hell! pone de
manifiesto que el blues no es un estilo anacrónico ni una fuente seca de la que
no puedan destilarse nuevos caldos espirituosos capaces de hacer revivir al más
aletargado.
¡No utilizar cual bálsamo para deshacer la resaca!.
¡No utilizar cual bálsamo para deshacer la resaca!.
2 comentarios :
Tal y como lo cuentas se me hace imposible no acercarme a esto, desde luego el blues no es una fuente seca, y siempre son bienvenidos trabajos que le den una vuelta al viejo blues.
Un abrazo.
Lo primero que escuché de está banda fue el último álbum, Dirty Spliff Blues (2015) y no me enganchó demasiado, pero ha sido escuchar este disco y conectar instantaneamente. De todas formas, como bien sabrás por experiencia propia, la música te asienta o no según te pille el cuerpo y a mi Rock Them Back to Hell! me ha pillado receptivo.
Un abrazo.
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