Como
aficionado a la música, no soy más que un ‘conocedor ocasional’ de la conocida popularmente como música de
color. Nombres propios como Stax Records o Motown llegan a sugerirme poco más
que los acordes del Green Onions, del
mítico Booker T. Jones, quien junto a Sly Stone, George Clinton y Buddy Miles,
forman parte de mi particular ‘universo musical’ en lo que al estilo se
refiere. Varios han sido los caminos que me han llevado hasta otras piezas
fundamentales acuñadas por Funkadelic o The Family Stone, si bien, hasta Them Changes llegué siguiendo la estela
de la Band Of Gypsys, con la que
Hendrix hizo su incursión particular en el funk
rock.
Detrás
de las baquetas, George Allen Miles,
se encargó de marcar el compás de bandas como Electric Flag o, efímeramente, la Band Of Gypsys de Jimi
Hendrix y, a las voces, de poner el tinte ‘de color’ en la música de Carlos Santana; pero creo que el crisol
que aglutina voces y percusiones, todo lo que significa y es musicalmente Buddy
Miles, está sin lugar a duda en este álbum; delicia de discazo y tratado que
condensa magistralmente la esencia musical del periodo de finales de los
sesenta, aquellos años en que el rock había sido amamantado por la teta del
blues, inhalado los aromas del godspel,
del soul y, finalmente, había explosionado en el universo multicolor de la
psicodélia.

Para
todos los gustos pero no para todos los colores,
pues el que, ante todo, resalta en cada rincón es el negro. Si la voz de Buddy
Miles es fundamental, también, son excepcionales los arreglos
instrumentales en los que brillan hegemónicamente los vientos, sobre una
textura de Hammond, guitarras y percusiones.
Vibrante,
espectacular e imprescindible, tanto si llegaste a él – como en mi caso –
haciendo introspección en las raíces sobre las que se sustenta el rock and roll
como si llegaste siguiendo la senda que marcan los clásicos de color. Sensacional, por acabar con todos
los calificativos que deberían de acompañarle…