abril 11, 2014

Space Age Blues.

Aunque el blues forme parte de la materia prima que Devon Allman utiliza habitualmente en la elaboración de canciones, los ‘doce compases’ quedan difuminados entre otras variedades musicales al pasar a través de Space Age Blues, último disco digno de llevarse a los oídos después de que el vástago, más popular dentro del showbiz, del hermano pequeño de los Allman; se sumergiese en aventuras musicales de discutible calidad y difícil digestión como The Royal Southern Brotherhood. Después de sucumbir al hastió tras intentar resisitir ante un show enlatado de tan magno supergrupo, rescatado de los baúles de Kigonjiro, es Space Age Blues el primer salvavidas al que intento asirme para intentar recuperar las buenas vibraciones que percibí en Devon tras escuchar su debut, Torch.

No se realmente que es lo que no le ha llevado a perseverar en el formato Honeytribe, pues pese a intentar seguir utilizando el formato power trio con la adición de algún hacha notable de la slide, como Luther Dickinson, su último intento discográfico Turquoise aparece deslucido completamente de la magia que parecía flotar en sus primeras aventuras musicales.

Desechando comparaciones recurrentes en relación con su linaje, la característica más relevante en la música de Devon Allman y la que más destaca también en este álbum, es su voz negra y aterciopelada, cualidad destacable sobremanera entre el batido de wah-wah, chorus y distorsión que bien sabe extraer de su Les Paul. Con la más que estimable y fundamental colaboración de George Putsos al bajo y Gabriel Strange a las percusiones, en Space Age Blues se destila un licor con aromas afrutados por el soul, en el que el rock y el blues son elementos integrantes de la masa base a meter en el alambique.

Desde los sonidos naturales de Bleu Est Le Vide hasta la calidez innata -imbuida en el título- de Warm in Wintertime empujan a la búsqueda y escucha sinfin de la que, para mi, es la pieza fundamental e indispensable de este puzzle sonoro, Salvation. Tanto I´m Ready como Take Me To The River o Sir Duke, imprimen un rítmica más potente y rockera a la tónica melódica general de Space Age Blues, en el que las alusiones al espacio son sobre más visibles para el ojo humano que perceptibles por el oído.

Espero que Devon Allman saque la cabeza del agujero uno de estos días y oteando el infinito, vislumbre una luz que le ilumine el horizonte y le indique cual es la dirección a seguir. Mientras tanto seguiré escuchando una vez más Space Age Blues.

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