En
algún lugar escuché (o leí) un clamor al respecto del último álbum de los Avett
Brothers, Mapgie and The Dandelion,
que hoy me dispongo a reseñar. El clamor decía que la banda parecía haber
entrado en una espiral de autocomplacencia, utilizando la forma magistral que
tan buenos resultados les ha dado hasta la fecha a nivel de publico y crítica;
que no es otra que escribir letras entrañables e intercalarlas entre bellas
melodías y dulces armonías.
Como
consumidor voraz de música que intenta en todo instante ser permeable y
resistente a cierto tipo de apreciaciones, en vez de hacer caso y limitarme a
desechar sin probar, decidí meterme en harina y comprobar en primera persona si
el contenido de el álbum me llegaba, igual que me había ocurrido con anteriores
trabajos como I and Love and You,
Emotionalism…; cuya escucha me enganchó al instante al carro de los hermanos
de Carolina del Norte, ayudado en cierta forma por la influencia de haber sido
testigo de su fantástico concierto en el Azkena 2011, cuando todavía no eran
para mi más que otra banda cuya música se desenvolvía en el terreno del rock
norteamericano de raíces.
También
leí, que Magpie & The Dandelion
fue fruto de las sesiones que dieron lugar a la publicación de The Carpenter (2012) -un álbum de
brillante resultado y similar en emociones a los que antes mencioné-
aprovechando la inspiración que les había proporcionado a los hermanos Avett el
entrar en el estudio junto a Rick Rubin; apreciación esta digna de respeto,
pero discutible para este humilde catador de melodías pues, si bien con las
sucesivas escuchas me he ido familiarizando con el repertorio contenido en el
álbum; las sensaciones son totalmente divergentes a las que produce, desde la
primera escucha, su predecesor cronológicamente.
Me
disgusta entrar a saco con un disco cuando mis percepciones no son demasiado
buenas, pues ante todo tengo claro que tiene que ser difícil para una banda
crear una nueva obra con nombre y apellidos e intentar mejorar, evolucionar o
cuanto menos igualar lo publicado anteriormente, pero percibo que Mapgie & The Dandelion hubiera
conseguido mejor aceptación enmarcado dentro de The Carpenter, en forma de álbum doble –por ejemplo-, que
presentado individualmente, como es el caso.
La
escucha del disco desde el principio me ha hecho percibir el estar ante un conglomerado
de canciones integrado por unos cuantos descartes, entre los que figura el
típico tema extraído del directo (Souls
like The Wheels) y alguna pieza que sobresale a las demás como Part From Me, Another Is Waiting o The
Clearness Is Gone. Aunque hay algún tema con un toque más guitarrero en el
álbum que proporciona cierta intensidad en la apertura (Open-EndedLife), Morning Song satura y llega a ser meloso
por los arreglos vocales femeninos.
Que
la autocomplacencia sea o no uno de los elementos de Mapgie & The Dandelion creo que no es tan discutible como que
la inspiración haya dado los resultados apetecibles, aunque siga sintiendo en
su contenido el genio de los Avett Brothers, quienes para mi siguen siendo una
referencia importante entre las bandas pertenecientes a la actualidad
musical.
2 comentarios :
Ni idea de cómo suenan; pero intuyo que el espíritu de los hermanos Robinson está más que latente. Me gusta la entrada. Abrazos, caballero.
La raiz cultural es la misma que la de los Crowes, aunque sus melodias surcan más ligeras por los oceanos del country que por los mares del rock.
Un abrazo y gracias por opinar.
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