Nunca
pensé que pudiese comenzar a reseñar la figura de John Mayall en esta bitácora
por un trabajo como The Turning Point,
existiendo otros elementos imprescindibles en el tejido medular de la obra del Father of British Blues tan
significativos para el propio género y también para el rock and roll, aunque
observando sus álbumes clásicos, uno a uno, sea harto difícil dirimir cual de
ellos no es una pieza maestra.
Haciendo
un reset en su trayectoria musical, el
12 julio de 1969 Mayall se planta en el Fillmore East de Bill Graham, para,
junto a otros tres músicos británicos –Jon Mark, Steve Thompson y Johnny
Almond- internarse de puntillas y a bajo
volumen en un género tan próximo al blues como el jazz. Aunque solo haya
transcendido, de la lectura de las linner
notes del álbum, que la intención de Mayall era reunir un combo con el que
poder interpretar música en los registros medios y bajos; en The Turning Point se adivina un afán por
la experimentación, por la fusión de estilos, por la evolución, una cierta
búsqueda de la madurez personal y musical.
Podría
hacerse infinitas suposiciones, pero observando la línea argumental que el
músico británico había seguido hasta la fecha, es evidente que con este álbum cristaliza
un intento más de poner punto final a su trayectoria como padrino de grandes aprendices en los Bluesbreakers, pese a que sus facultades
como maestro y mentor hayan quedado diluidas infinitamente en el tiempo; pues
solo hay que observar la marca que el propio The Turning Point dejó en las carreras musicales de Jon Mark, Steve
Thompson o Johnny Almond.
Musicalmente
The Turning Point es una pieza deliciosa
en la que sucumbir ante el placer de la música es una necesidad vital para el
oyente; está envuelta en esa atmosfera especial que solo John Mayall es capaz
de generar como maestro de ceremonias, rodeándolo todo de ese halo especial que
le caracteriza y que provoca la implosión de las cualidades de cada uno de los
músicos que le acompañan; fantásticos arpegios de guitarra, preciosas líneas de
bajo y geniales solos de saxo tenor y alto.
Se
me hace difícil, por no decir casi imposible, decir cual de los músicos muestra
mejores dotes en su respectiva disciplina, aunque como amante de la guitarra me
atrae por encima de los demás el trabajo de Steve Thompson, quien se muestra
sobresaliente a través de la trama de The
Turning Point, soportando con maestría –en ausencia de percusión- la carga
rítmica del combo, en un labor al bajo más que notable y difícil de igualar, de
las mejores que nunca escuché en un álbum.
The Turning Point carece de concepto
interno aunque, como si de una obra conceptual se tratara, su escucha de
principio a fin es necesaria para ir desgranando un argumento musical ni escaso
ni difuso; porque en The Turning Point
el gran concepto es la música y la
manera en que John Mayall, Jon Mark, Steve Thompson y Johnny Almond
concelebran.
Acercarme
a este doble vinilo de 20 gramos ha sido mi manera imprevista de celebrar y participar en el Record Store Day 2014,
cuyos propósitos como amante de la música recojo y comparto. De todos modos quien
es capaz de no ceder a la tentación al encontrarse ante una pieza tan magna como The Turning Point.
4 comentarios :
Cuando se habla de Blues: la impronta de este tío es imborrable, y la de este trabajo, también. Menudas guitarras.
Para mi este disco forma una fantástica trilogía junto a Jazz-Blues Fusion y Movin' On.
Gracias por opinar.
Un abrazo.
Absolutamente glorioso. Fantástico Mayall, es uno de mis músicos preferidos. Movin On, una obra de arte y también me gustó mucho su Blues From Laurel Canyon. Un saludo.
Los álbumes de John Mayall que más escuché son los de la época Decca, aunque The Turning Point fue casi mi primer abordaje de la obra del Father of British Blues.
Gracias Ruben por opinar. Un abrazo.
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