abril 05, 2016

South Broadway Athletic Club.

El brillo de un haz de luz al incidir en el limbo verde de una hoja, la caricia de la brisa al amanecer o el deleite del primer viaje en tren; esas cosas tan pequeñas y simples, que trae la cotidianeidad, pueden parecer frugales cuando se utilizan para dar forma a versos y estrofas; aunque casi siempre la poesía se encuentra en lo más sencillo, en lo más simple, sin necesidad de ahondar en profundos pensamientos.

South Broadway Athletic Club, el número 12 de los álbumes publicados hasta la fecha por los Bottle Rockets –un clásico ya, en tiempos tan aciagos como estos para el rock and roll-, demuestra también que, desde la sencillez musical y sin necesidad acudir a riffs deslumbrantes o grandes oberturas, es posible construir un disco brillante de principio a fin. Es un escaparate de que la veteranía no tiene porque significar merma de la capacidad creativa, sino más bien de que la experiencia se ha convertido en un aliado importante a la hora de afilar la habilidad de emocionar y sorprender; es un ejemplo en si de que el paso de los años dota a músicos e interpretes de las herramientas necesarias para dar vida a un compendio de buenas canciones.

South Broadway Athletic Club es un conglomerado de sonidos que pone de relieve cuales son las fuentes de las que bebieron, desde su más incipiente juventud, Brian Henneman y los suyos; así como de cual ha sido la evolución de una banda que lleva más de veinte años rodando por salas y auditorios. Es un catálogo variado de esencias, con aroma a southern rock contemporáneo -Building Chrysters- , de folk rock con nexos melódicos al sonido Byrds –Dog- en el que mucho tienen que decir el sonido de las rickenbacker; de country rock con matices orleanianos –en Smile- o de swamp soul –Ship It On The Fisco-.

Ocho sobre diez en un trabajo en el que además de ponerse de relieve, pese a las vicisitudes y altibajos atravesados por el combinado en todos estos años, la calidad de Bottle Rockets como banda; evidencia la capacidad individual de cada uno de sus integrantes a los mandos de su instrumento respectivo; que se traduce en que South Broadway Athletic Club se presente ante oyente como un álbum gratificante desde el minuto cero.

2 comentarios :

Jorge García dijo...

Sin duda uno de los discos que mejores ratos me hizo pasar el pasado año, certifico cada una de tus palabras amigo.
Abrazo.

Aurelio dijo...

Poco a poco me voy poniendo con lo que nos dejó el 2015. Este es de los que engancha a la primera.

Un abrazo compañero.

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