marzo 08, 2015

DeWolff. La Cueva del Jazz en Vivo. Marzo de 2015.


Lo acontecido el viernes noche fue otro asalto más a La Cueva del Jazz en Vivo que nos deparó grandes momentos musicales que quedaron perpetuados en la retina; la palabra rock aglutina infinidad de matices, colores y sabores que dispensan múltiples variedades musicales capaces de hacernos vibrar de forma distinta en cada concierto.

Anteayer, el autobús de gira de DeWolff recaló en esta pequeña ciudad para presentar su último trabajo de estudio, Grand Southern Pacific, un disco que mira de soslayo la obra de los grandes combos de blues rock de finales de los sesenta y a bandas británicas de esa era, como Procol Harum, en las que los teclados son un elemento consustancial. En forma de power trio atípico, nos deleitaron fundamentalmente con largas suites en las que, sintetizando el brebaje de los Cream con la sonoridad típica de los teclados de John Lord y supliendo la ausencia de bajo al estilo de los Doors; el elemento más destacado fue el graznido dulce del  hammond.

DeWolff son una joven banda holandesa formada en 2007 por los hermanos Van de Poel (Pablo, guitarra y Luka, percusión) y Robin Piso, a los teclados; cuyo sonido ha sufrido una evolución desde lo progresivo (Strange Fruits and Undiscovered Plants-2009 o Orchards/Lupine-2011) hacia un rock más fibroso asentado en la psicodélia, en el que la electrónica ha perdido peso a favor de una sonoridad más orgánica (Grand Southern Pacific-2015).

Las buenas vibraciones que dejaron en su anterior visita habían corrido boca a boca y consiguieron completar gran parte del aforo, y aunque la música del trio holandés no es de las que incite al movimiento frenético desde los primeros compases, no tardamos en entrar en materia a medida de que los temas eran dispensados; Wealthy Friend, Dance Of The Buffalo o el blues de (Ain’t Nothing Wrong With) A Little Bit Of Lovin, fueron pasando gradualmente por nuestros oídos, siendo conjugados con otros de mayor metraje, como Diamonds, en el que la esencia musical del rock psicodélico de entre décadas estuvo presente en cada momento.

Otra noche más de disfrute gracias al rock and roll y a un suculento espectáculo, servido por Veovoces Management, que dejó constancia del buen momento de forma por el que pasa el rock europeo de raíces franco-germánicas.

2 comentarios :

KARLAM dijo...

100 personas en Gijón, ¡y yo me los perdí! Problemas de agenda... Tu crónica se parece a lo que me contaron. Y a parte de ser buenos músicos creo que los tios son un descojone fuera del escenario! Les va el cachondeo más que a un tonto un caramelo, jaja.

Salud!

Aurelio dijo...

Disfrute del concierto como un enano... En cuanto al resto, les saludé al final del bolo y eran majetes, pero no llegué a tanto con ellos como para percibir lo que comentas.

Un abrazo, Karlam.

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