Que
Jimmy Page está en el dique seco no es una novedad para nadie. Últimamente vive
dedicado a la reedición y ‘remasterización’ de los álbumes clásicos de la
discografía del monstruo de hard rock
que vehementemente insiste en resucitar, con la oposición ladina de Robert
Plan; o en trabajos de dudoso contenido artístico como la edición del Box Set
con material que formaba parte de las bandas sonoras de los filmes de serie B, Death
Wish II o Lucifer Rissing, que vi anunciado en Uncut.
Haciendo
repaso de cuanto tiempo hacía que no cataba una publicación con material propio
del guitarrista británico, me vinieron a la memoria sus trabajos discográficos
con Paul Rodgers bajo el seudónimo The Firm, sús últimas aventuras
discográficas con el propio Plant que cristalizaron en Walking into Clarksdale, pero sobre todo me recordaron un disco
fantástico; en el que se deja sentir la magia del zepelín de plomo y en el que
compartía pluma con una garganta privilegiada del rock and roll –que por
desgracia hoy perdió su fuelle- como David Coverdale; con un título más que
evidente: Coverdale/Page.
Qué este no fuese más que otro intento consumado de resucitar a
Led Zep es una cuestión sobre la que no me atrevería a disentir, si esta se
plantease; aunque el contenido del disco deslumbre y nos descubra a un Jimmy
Page y David Coverdale pletóricos, con ganas de gustar y disfrutar, pese a que
el último no se presente en la versión vocal que del mismo conocimos a través
de Deep Purple o Whitesnake hasta Feelin
Hot, y en los previos nos parezca sertirlo como un cover del
mismísimo Plant.
A
parte de estas cuestiones, que para nada han de restar interés a un álbum como
éste, Coverdale/Page es un disco que
esta cargado del potencial de dos grandes, en el que una vez dan muestras de
que el estatus que poseen es por mérito propio, aunque a todos los sitios les
persiga el genio y la esencia con la que en su día formaron parte de las dos
bandas británicas de hard rock más brillantes de todos los tiempos.
Shake My Tree oculta en su interior –con
distinto tempo e intención- la secuencia melódica de In My Time of Dying; Pride & Joy la riqueza acústica de Brown-Y-Aur- Stomp o Over The Hill And Far Away, y Over Now
la cadencia rítmica de Kashmir. Tanto
Take a Look At Yourself como Don’ Leave Me This Way ponen en el
candelero a la mitad restante de la naranja, dejando sentir a un David
Coverdale cuya voz recorre los dominios que le son propios, brillando con la
misma intensidad y fiereza que lo hiciese en sus mejores momentos con Whitesnake
o en la Mark III de la saga purpúrea.
Otro
disco fascinante a recuperar de las fauces voraces del tiempo y del olvido que,
aunque pueda resultar predecible por procedencia, maravilla desde primera escucha.
3 comentarios :
Aunque fue un intento encubierto de reflotar la mas grande banda de la historia salio un disco maravilloso.Bueno ,estaban Page y Coverdale que otra cosa podia surgir no ...
Un abrazo Aurelio
Vaya dos bestias, sí. Pero es que, Page lleva más años siendo irrelevante que Falange en Andalucía; respecto al disco, ¿qué decir? Una maravilla; pocas voces hay mejores que las de Coverdale.
A Page facultades le sobran y seguro que ideas no le faltan... Quien sabe, quizás el futuro nos obsequie con un álbum como éste.
Gracias a los dos por leer y opinar.
Un abrazo.
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