enero 14, 2013

Celebration Day.

A unos treinta años vista de que el zepelín de plomo surcase, oficialmente por última vez, el cielo del rock and roll, los dos sentimientos inmediatos que afloran a ras del piel, tras disfrutar del concierto que el 10 de diciembre de 2007 se celebró en el O2 Arena de Londres, para homenajear y recaudar fondos para la fundación de Ahmet Ertegun, fundador de Atlantic Records; son la emoción y la envidia. Emoción de contemplar como, pese al paso del tiempo (que ineludiblemente produce desgaste, pero que también sirve de bálsamo curador de viejas heridas), Jimmy Page, Robert Plant y John Paul Jones, con la colaboración inestimable de Jason Boham, siguen disfrutando de la música y hacen disfrutar de ella a los demás. Envidia, como muchos de vosotros, de no poder haber disfrutado en vivo de una experiencia y ocasión como esta, para ver en directo a uno de los grandes dinosaurios del rock de todos los tiempos: Led Zeppelin

Hay una magia especial en este concierto, que se aprecia aún disfrutándolo 'en conserva'; el espíritu primigenio de cohesión musical de la banda flota en el ambiente como lo hacía en un pasado remoto; las ganas de que todo salga bien en esta nueva afrenta musical, que ahora se ha convertido también en afrenta discográfica, para dejar un sabor especial tanto en los fans como en los propios músicos. Creo que el paso del tiempo le sigue sentando bien al repertorio musical de Led Zeppelin, incluso interpretado a día de hoy por unos músicos que alcanzan la sesentena.

En lo musical lo más evidente es la 'merma' en las facultades vocales de Robert Plant, consecuencia sin duda del el paso de los años, notoriamente en algunos temas más que en otros, como Black Dog o Good Times Bad Times, en los que se ha acomodado la tonalidad a su garganta. Aun así, todo reluce brillante casí como el primer día, mágico e intenso. El sonido de la slide en In My Time Of Diying, una de mis favoritas del repertorio de Led Zep de todos los tiempos, eriza la piel; el blues melancólico de Since I've Been Loving You conmueve y emociona; la magia de los teclados de John Paul Jones brilla en lontananza sobre los acordes de No Quarter, la firmeza con la que el riff rugoso y profundo de guitarra de Jimmy Page resuena en Kashmir y la potencia y seguridad con que Jason Bonhan ataca todo el repertorio confirman su herencia genética y musical.

Aunque la escucha de la grabación sonora contenida en el doble cd es grata y deleitante, lo es aún más poder ver como se desenvuelven los músicos en directo pese paso de los años, por lo que recomiendo para quien no se haya decidido, y desee hacerlo, por una versión en concreto de éste artefacto musical, la edición de lujo, que además del DVD con las imágenes del concierto, incluye un segundo DVD con los ensayos del concierto en los estudios Shepperton (Pinewood) de Londres, que amplia el deleite un par de horas más.

Olvidando las remoras personales hacia la mercadotécnia, he de decir que Celebration Day es una buena ocasión para reencontrarse con el Led Zeppelin de siempre y celebrar su sonido único e imperecedero.

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