A
menudo comparado con los grandes hachas del rock, por la forma de innovar en la
interpretación y referencia inefable para cualquier bajista que se precie, John
Francis Anthony Pastorius III sacó definitivamente de segundo plano un
instrumento típicamente rítmico como el bajo, haciéndole ganar protagonismo melódico
dentro de la banda y dándole un relieve no conseguido hasta el momento, en un
estilo como el funk que ensambla a la perfección con el jazz y el rock, y que,
junto al soul, concede a los instrumentistas de esta disciplina un margen
importante para explayarse.
Encontrar
un álbum acuñado exclusivamente por Jaco Pastorius se convierte en una difícil
empresa, dado que su labor interpretativa se desarrolló fundamentalmente al
lado de grandes músicos y bandas, como Pat Metheny, Aldi Meola, Herbie Hancock,
Blood Sweet & Tears y de manera más estable,
con algunos otros que adquirieron relevancia por ser parte orgánica en algún
momento del quinteto de Miles Davis, en ese proyecto de fusión conocido por
Weather Report.
Aunque
habitualmente encontremos dentro de su discografía en solitario a Invitation como álbum handmade del bajista americano de
ascendencia finlandesa, no dejamos de estar en presencia de un recopilatorio
más, en el que la exclusividad se limita a las tareas de
producción según se desprende de los créditos; equiparando este álbum, en
cuanto a material se refiere, a algunos otros de sus trabajos renombrados, como
el homónimo Jaco Pastorius o The Birthday Concert.
Con
personal que varía entre tema y tema, las habilidades de Jaco brillan junto a músicos
del talento de Randy Becker o Jean Thielemans, que se desquita con una
inconmensurable interpretación a la harmónica, conformando la Word Mouth Big
Band, en piezas de entrañable delicadeza como Continuum o en hilarantes
composiciones teñidas de regusto latino como Reza y sobre las que destaca uno de
los temas icónicos su discografía individual, Soul Intro/The Chicken, dónde el
bajo fretless frasea con la cadencia típica emulando al ave en cuestión y construyendo
una base compacta sobre la que se entreteje la melodía principal cargada de reminiscencias
soul/funk.
Recomendable,
digerible y disfrutable, aunque te encuentres en las filas de los más
fervientes detractores del funk. Jaco es Jaco e Invitation es una pieza perfecta para tener una aproximación de cual
era su forma peculiar de ver e interpretar la música.
3 comentarios :
Un disco interesante y de los más accesibles a la hora de adentrarse en la obra de esa bestia parda del bajo eléctrico.
¡Abrazos!
Para mi un excelente álbum en vivo, digno sucesor de los dos anteriores en estudio de Pastorius. Nunca será suficientemente reconocida la grandeza de este bajista.
Saludos, Aurelio.
Completamente de acuerdo, chicos...
Un abrazo para cada uno.
Publicar un comentario