No
se si fue la situación coyuntural en la España de la época o porque las cosas
positivas que suceden en el sur estadounidense gozan de menor repercusión que
las negativas, pero para muchos como yo, que gustamos de disfrutar de la música
con esas connotaciones, ha pasado
inadvertida una escena musical que ahora comienza a emerger –fundamentalmente a
base de reediciones- y que nos está ayudando a comprender de dónde vienen esos sonidos, que están tan presentes en
las bandas que forman parte de la floreciente escena musical actual.
En
ese grupo no meto, por supuesto, ni a Blackfoot, ni a Wet Willie, ni a solistas como Elvin
Bishop, que para mi son ampliamente conocidos y a menudo revisitados, ni
por supuesto a Black Oak Arkansas. Aquellos a los que me refiero ya les dedicaré
más adelante su espacio, que lo merecen; pero con estas reflexiones, quería
recordar un álbum que se publicó el pasado año, que creo que tuvo la
repercusión que comúnmente ha tenido la banda de Arkansas a lo largo de su
historia, Back Thar N’Over Yonder.
Se
podría decir que el número de músicos que en algún momento ha formado parte de
las filas de Black Oak es tan
abundante como la fatalidad que les ha perseguido a la hora de tener un
encuentro definitivo con el éxito. Más de cincuenta años han pasado desde su
fundación y en todo ese tiempo el salto entre discográficas ha sido una
constante –su etapa más floreciente con Capricorn Records-, siempre buscando la
manera de eliminar las rémoras que parecían lastrarles a la hora de alcanzar el
reconocimiento merecido. Back Thar N’Over
Yonder, es un capitulo más en su historia, un proyecto que nació con la
idea de reflotar un barco, que a esta fecha continua girando por el ancho mundo
ofreciendo conciertos; aunque también con la intención de traer al presente la
historia de una época y de una banda, que ya parecen lejanas.
Aunque
entre los temas repescados, que en otros tiempos quedaron olvidados en los ‘baúles’
de Atlantic y que completan el álbum, hay gemas preciosas del southern rock
etiqueta negra como Up, Up, Up, en la
que brilla tan denodadamente el tridente de guitarras como las facultades a los
bombos de Tommy Aldridge; piezas inconmensurables de rock con slide como Dance To The Music o de blues acústico
como The Snake. En todas y cada una,
el sello identificativo sigue siendo la voz rasposa de Jim Dandy –más
desgastada, si cabe, por el paso inclemente de los años-, quién consigue la
cuadratura del circulo con Sweet Delta
Water, un tema en el que melancólicamente repasa las propiedades mágicas
del Mississippi, para dar un color y sabor especial a las notas que emanan del cancionero popular
de los territorios por los que transita.
Quizás
este Back Thar N’Over Yonder no sea
una de sus piezas fundamentales, teniendo presentes álbumes como Raunch
'N' Roll o High On
The Hog, aunque si es un buen punto de partida para encontrarse con el
mundo musical de Black Oak Arkansas, una
banda pionera con un legado digno de ser reivindicado.
0 comentarios :
Publicar un comentario