septiembre 30, 2014

Phosphorescent Harvest (2014).

Cuando siento atracción especial por una banda o solista y saca un nuevo trabajo a la venta, tras tomar contacto con el formato físico pertinente –cd o vinilo-, me gusta tomarme mi tiempo a la hora de sacar conclusiones para postearlas, no siendo que la emoción por la espera me vaya a jugar malas pasadas a la hora de intentar ser lo más objetivo posible. Dejando a parte el sibaritismo musical, creo que ya era hora de hacer una relación pormenorizada de las sensaciones que a fecha de hoy y desde su lanzamiento he venido percibiendo en Phosphorescent Harvest.

Teniendo en cuenta las restantes propuestas musicales que este año se han producido en los aledaños de los Black Crowes – Holly Gost, de Marc Ford; The Ceaseless Sight, de Rich Robinson…-  este trabajo me hace continuar pensando que Chris Robinson es el miembro más inspirado, más creativo y con mayor visión de futuro –aun tirando de viejos sonidos- de los que alguna vez han formado parte de la ya mítica banda de Georgia.

Aunque la Chris Robison Brotherhood naciese, seminalmente, con las únicas aspiraciones de revivir los ecos de la psicodélia y del jam rock setentero, hemos de congratularnos con que este proyecto se vaya consolidando álbum a álbum y podamos deleitarnos con sus trabajos; que dicho de paso, uno a uno, son la propia prueba de la cohesión en la que han evolucionado sus integrantes.

El mayor de los Robinson demuestra ser exponencialmente mejor guitarrista y, por el momento, fuente inagotable de ideas con las que sorprender a su público; Neal Casal, por su parte, da cuenta de su versatilidad guitarrística tanto desde el punto de vista rítmico como melódico –para mi es uno de los guitarristas más ‘enchufados’, inspirancionalmente hablando, del momento-; complementando perfectamente el puzzle Adan MacDougall, a los teclados, y Mark Dutton, al bajo, en la tarea entretejer melodías para crear piezas musicales de contenido lisérgico y multicolorista.

Creo que Phosphorescent Harvest continua manteniendo el nivel de los anteriores trabajos –aunque mi preferido es y seguirá siendo Big Moon Ritual- y que es una muestra más de la habilidad de los integrantes de la ‘hermandad’ para manejar la vieja esencia del viejo rock norteamericano, y en concreto esa mezcla de ragtime, rock and roll y psicodelia –siempre ommipresente en su más clara referencia, los Dead Heads- con la que aquí se construyen composiciones sublimes que acarician el southern rock como The Good Doctor –que también recuerda la esencia musical de los propios Cuervos Negros- o piezas deliciosas de ragtime a lo Tennessee Jed en Meanwhile in The Gods…, por enumerar unos ejemplos.

En definitiva, y dejando aparte mi clara concomitancia con los sonidos de todos los proyectos en los se encuentran inmersos Chris Robinson o Neal Casal y, por supuesto, con los de los Black Crowes, y siendo lo más objetivo que se puede con estos condicionantes, creo que Chris Robinson Brotherhood sigue siendo una apuesta segura para quienes disfrutamos del rock and roll actual hecho sin complejos, sin limitaciones y con la intención de deleitar, teniendo en Phosphorescent Harvest un álbum plenamente disfrutable y claramente recomendable.

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