De
vez en cuando es bueno sentir un poquito de aire fresco dejándose acompañar por
un buen álbum de jazz, más que nada para hacer un poco de profilaxis contra la
rutina esquemática que impone el rock and roll (intro + estrofa + estribillo + estrofa
+ estribillo + solo + estrofa… o cualesquiera otra que se pudiere dar dentro
del esquema típicamente rocanrolero) aunque, como en el caso que hoy me ocupa,
no pongamos demasiadas distancias al hacerlo, por tratarse de un disco
gratamente accesible para un neófito del jazz y devoto del rock como yo.
Sin
olvidar que muchos de los conceptos musicales recogidos por el jazz forman
parte, junto a otros modos musicales menos cultos y más tradicionales con raíz
en la cultura popular norteamericana, de
la música contemporánea y, por supuesto, del rock and roll; en Back on The Chicken Shack la cercanía se
deja sentir desde los primeros compases, desde que el hammond de Jimmy Smith
susurra las primeras notas en la apertura del tema homónimo y nos sumerge en un
groove rítmico en el que los teclados nos conducen, sobrevolando el fraseo de
guitarra, hacia océanos de melodías de saxo, haciéndonos vibrar y sentir,
incluso, el giro infinito del leslie dentro del gabinete.
La
música de Jimmy Smith entronca perfectamente con el rock, pues comparte
elementos y matices que son comunes en ambos, conjuga y fusiona el jazz con el
blues y con el soul, dándole un sabor final ciertamente funky a los temas y
composiciones, en los que con su estilo singular de ejecución enfatiza ciertas partes,
atacando determinadas notas combinando el uso del teclado con la pedalera de
bajos. Aunque en Back on The Chicken
Shack el hammond es el instrumento que marca melódica y rítmicamente el
tempo, junto a la batería de Donald Bailey, está magníficamente complementado con
el sonido de las frases melódicas de dos geniales instrumentistas, Stanley
Turrentine, al saxo tenor, y Kenny Burrel, a la guitarra.
Back on The Chicken Shack, el tema, es
tan imprescindible y fundamental dentro del álbum como pudiere serlo Symphaty for The Devil dentro Beggars Banquet, y aunque, si os
atrevéis con la propuesta, os sonará a apertura de lujo, nada de lo que aquí se
contiene es mínimamente desdeñable, desde las improvisaciones al tenor de
Stanley Turrentine en When I Grow To Old
To Dream o la melodía llena de swing con la que el mismo da su identidad
musical al tema Minor Chant; hasta
las frases infinitas de guitarra de Kenny Burrel en Messy Bessie que ponen el bordón de oro a la interpretación a los
teclados.
Back on The Chicken Shack vitamina,
relaja y apacibilita… Y se ha convertido,
los últimos días, en un fantástico tónico y elixir contra el estresante ritmo semanal…
Descansad y sed felices.
Descansad y sed felices.
3 comentarios :
Joder, macho, qué gusto pasar por aquí y ver discazos y tan bien documentados como éste. Creo que es la primera vez que paso; pero no será la última. Un abrazo
Uno de mis artistas favoritos, aunque este disco no lo haya escuchado. Sus tres primeros álbumes son gloria pura, y éste tiene una pinta buenísima.
Un abrazo, Aurelio.
Gracias por los elogios 21st Century Schizoid Man, intento hacerlo lo mejor que se.
Por aquí tengo rondando los álbumes que comentas Gonzalo, será cuestión de escucharlos.
Gracias a los dos por opinar. Un abrazo.
Publicar un comentario