12+1,
14-1… cualquier combinación matemática que usemos conduce al mismo resultado:
2013. No es que sea creyente en malos presagios o propenso a supersticiones,
pero el ‘bendito’ año que dejamos no ha sido muy prolífico en buenos momentos
en el terreno personal y familiar, aunque lo positivo de todo (factor que
siempre ha de tenerse en cuenta) es que estos doce meses me han servido para
valorar aún más los pequeños-grandes momentos de la vida y para potenciar
sentimientos con quienes comparto el día a día.
Este
año que nos deja ha sido, por mi parte, parco en actividad bloguera; otros han
sido los asuntos que han reclamado mi atención y han dibujado en mi horizonte
un paisaje emocional más bien poco soleado, poco propiciador de una
participación más activa en esta comunidad de bitácoras dedicadas al rock and
roll, de la que cada día me siento más parte integrante, tras la que se
encuentran grandes comunicadores y, sobre todo, mejores personas y buenos amigos.
Como
dicen por estas tierras de Castilla ‘después
de llover escampa’. Los últimos minutos de 2013 dibujan un cielo despejado
y propician un soleado 2014, con nuevos y renovados anhelos y propósitos, entre
los cuales, por supuesto, se encuentra seguir dedicándole horas a mi pasión, la
música, y por lo tanto, a este espacio llamado Historias de Rock and Roll.
Mis
mejores deseos para todos vosotros, amigos, y en especial para quienes estáis tras las bitácoras qué
habitualmente sigo y con quienes comparto pasión por ese mágico elixir llamado
rock and roll… Un abrazo y Feliz 2014.
2 comentarios :
Todo lo mejor para el 2014, Aurelio. Seguiremos leyéndote, independientemente del número de entradas que publiques.
Un abrazo.
Feliz año, Aurelio! mis mejores deseos para el 2014. Seguimos leyéndonos. Abrazos!!
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