noviembre 22, 2012

The Whippoorwill.

A estas alturas seguro que muchos estaréis ‘cansados’ de oír hablar, leer y escuchar  este álbum y más si llegó pronto a vuestras manos, porque tuvisteis el privilegio de ver a estos cinco chicos en la gira que recaló por nuestro país, allá por el mes de julio de este año, del cual algunos no pudimos hacer uso por razones ajenas al caso. Como me gusta reposar los discos, me he tomado mi tiempo para escuchar The Whippoorwill después de hacerme con una copia, aún que he sido un poco reticente a ello, después de escuchar opiniones contradictorias sobre este disco.

Oír hablar o escuchar a Blackberry Smoke supone para mi un acercamiento a la esencia del arena rock de los 70, del que los Skynyrd fueron los principales baluartes; el sonido de las guitarras, el deje clásico del sur en la voz de Charlie Starr o los coros de voces femeninas repitiendo estribillos, quizás contribuyan a crear un evidente paralelismo con la banda de Jacksonville, y más cuando se tratan de seguir los cánones que en su día escribieron, junto a otras bandas, Ronnie Van Zant y cía. Sin dudarlo, se les puede acusar sin ningún reparo de seguir demasiado al pie de la letra el esquema del southern clásico; pero a éstas alturas un servidor no se cuestiona éste aspecto, y más cuando para mi escuchar sus canciones ha supuesto recuperar gratamente una parcela sonora a la que solo podría recurrir pinchando ‘Nuthin’ Fancy’, por poner un ejemplo.

Puede que sea una realidad, también, que The Whippoorwill no se salga ni un ápice del camino marcado por los pasos de A Little Piece of Dixie (ni falta que hace), todo es cuestión de gustos y, por supuesto, de opiniones, pero después de bastante tiempo sin publicar nuevo material, Blackberry Smoke, creo que siguen dando en el clavo, sirviendonos un plato de suculento rock and roll: guitarras que se emparejan, se dan la réplica y se susurran sutilmente, pianos que brillan con el más puro ‘honky tonk’ sonoro y voces que cantan sobre amores correspondidos o vidas desdichadas; que conjuntamente conjuran y exorcizan los demonios del sur norteamericano.

Bellas baladas como One Horse Town o The Whippoorwill,  potentes riffs de guitarra como los de Ain´t Much Left Of Me siguen la senda del sourthern de las últimas décadas cristalizado en los Crowes; esencia de la música popular de raíces, de blues, de soul, depositado en temas como en  Ain’t Got the Blues, dan cuerpo a un conglomerado de temas que hacen las delicias de los que somos adeptos al ‘sabor’ sureño, pero seguro también que las hará a cualquiera oyente que tenga por gusto paladear un buen pedazo de rock and roll.

Quizás para algunos no esté entre los diez álbumes más exquisitos, cuando se haga recuento de emociones a final de año para valorar los discos publicados; aunque a mi no me quede más que rendirme a la evidencia de encontrarme ante un disco que va un paso más adelante, en la trayectoria musical de los cinco de Alabama, que A Little Piece Of Dixie y del que me quedan muchas horas que disfrutar, ahora y en el futuro.

3 comentarios :

ROCKLAND dijo...

Otro gran álbum a añadir a su impecable discografía.
Estos tíos están que se salen y ya en USA empiezen a llenar salas sin despeinarse.
De momento, los veo como los abanderados del nuevo southern-rock.

Saludos.

Jorge García dijo...

Hice una reseña de este disco hace cosa de un mes, a mi me encanta, me parece su confirmación como los reyes indudables del Southern. Me alegra volver a leerte Aurelio.
Saludos afectuosos!

Aurelio dijo...

ROCKLAND: Completamente de acuerdo en cuanto al disco, esta banda lleva una trayectoria impecable.

ADDISON: Prometo volver atrás y darle un vistazo.

Un abrazo para los dos.

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