Aunque son tan numerosos los temas como los artistas de rock
and roll que pasan a lo largo de los años a formar parte, oníricamente, de
nuestras vidas, siempre hay unas pocas melodías y bandas cuya significación se
nos hace especial, incluso sin que asociemos unas u otras, precisa y
necesariamente, a los momentos de color y felicidad. Sonido de voces e
instrumentos que penetra hasta lo más profundo del ser y forman parte de alma
imperecederamente. O por lo menos, así me lo hacen sentir a mi, bandas como The
Avett Brothers, y álbumes como ‘The Carpenter’.
Al mismo tiempo de la sensación agradable que, en mi caso,
produce la expectativa de poder escuchar el último álbum de cualquiera de las
bandas de mi devoción particular, siempre se enciende una ‘bombilla’ en la
mente que me vacuna contra posibles decepciones, y aunque en este caso, no haya
brillado por su ausencia tal medicina, aunque casi, he recibido The Carpenter a
plena satisfacción.
Aún sigo preguntándome cómo puede ser posible que se hayan
podido encadenar tres piezas, cuyo contenido va desde lo agradablemente
correcto, perfecto hacia lo magistral, manufacturadas bajo los nombres de Emotionalism, I and Love and You y The
Carpenter, aunque la respuesta sea tan obvia como que no se puede esperar otra
cosa de esta banda de Carolina del Norte
cuyo núcleo principal está integrado por tres músicos de la categoría de
Scott Avett, Seth Avett y Robert Crawford.
Dicho lo anterior, quizás lo que se pueda decir después
pueda suponerse, pero es gustoso contar con la posibilidad, en su tiempo, de poder escribir unas notas sobre uno de los
álbumes que más calado me está produciendo éste año.
Para situarnos, nos encontramos ante un disco integrado por
12 canciones imprescindibles, una a una, desde el comienzo de Once and The
Future Carpenter hasta el final de Life. La mezcla de buenas melodías y mejores
armonías, surtidas de la esencia de los sonidos que nutre a la música de raíces
norteamericana actual, de la que, para mi, The Avett Brothers se están
convirtiendo en pieza destacada, construyen un álbum que va un paso por delante
de los que se dieron en I and Love and You, aunque la comparación sea arto
difícil.
Siguiendo una línea argumental distinta, según he leído,
condicionada por la enfermedad del hijo pequeño de Bob Crawford, el sonido de
los temas sigue por las sendas de una trama musical tejida por instrumentos de
corte acústico y tradicional como guitarras acústicas, pianos, banjos, cello, en
la que las primeras solo se electrifican esgrimiendo el espíritu más rockero de
ésta banda en temas como Paul Newman and The Demons y Pretty Girl From Michigan.
Escuchar éste álbum, hace a uno caer en la profunda
convicción, sin ánimo de establecer ningún tipo de comparaciones, que nos
encontramos ante los Fab Four del siglo XXI, aunque sean cinco (Seth, Scott,
Bob, Joe Kwon y Jacob Edwards) y Rick Rubin no sea precisamente, ni seguro quiera
serlo, George Martin.
Un clásico desde ya. Sencillamente magistral…
4 comentarios :
¡Vaya!, todavía no me puse con él y mira que lleva alguna semana en mi carpeta de música.
Espero darle pronto su oportunidad. Todos hablan maravillas de este "The Carpenter".
Saludos.
¡Vamos, vamos! No se que estas esperando...
Un abrazo.
El tiempo que sólo tiene 24 horas, je,je.
Saludos.
Me ha gustado, quizás no tanto como los anteriores pero mantiene el nivel..Saludos!!
Publicar un comentario