Leyendo
el otro día los reparos que a Addison le proporcionaba la escucha de ésta
‘pildora psicodélica’ , tras un primer acercamiento y sabiendo a ciencia cierta
que es tan admirador como yo del músico de Winipeg, vi reflejada la expectación
que nos produce la publicación de un nuevo álbum de Neil Young y como la
incertidumbre se cierne sobre nosotros y nos hace cuestionar si vamos a apreciar
al nuevo ‘retoño musical’ por su valor intrínseco o simplemente se convertirá
en una pieza más en nuestra colección, valorada por provenir de la 'semilla'
creadora y de la ‘cosecha’ de quien tanto admiramos.
La
verdad es que, hasta ahora, no encontraba en los últimos trabajos de Neil
Young, con o sin Crazy Horse, motivos suficientes para grandes elogios, desde Greendale (o la publicación de algún álbum directo desde los ‘baules’ como
The International Harvesters –A Treasure-) y aunque en el Americana de hace
poco tiempo ya se empezaban a contemplar visos de volver a caminar por la senda
de los acordes atronadores, que forman parte de una de las facetas musicales bien
conocidas del magnifico compositor canadiense, ‘Phichedelic Pill’ recupera
definitivamente esta esencia, revisitándola exitosamente, utilizando extensas
odas musicales para acompañar textos poéticos.
Sin
seguir modas, patrones o dictados, como es habitual en Neil Young, y utilizando
exclusivamente su propia idiosincrasia compositiva, ha facturado un álbum en el
que no existe ni trampa ni cartón, todo es directo, el trabajo de producción se
adivina ínfimo, con la excepción del fragmento acústico de Driftin’ Back y pocos detalle más; convirtiendo al álbum en
su conjunto en el producto del trabajo de cuatro músicos (cinco, en las
ocasiones que Don Greco aparece a las percusiones) que se conocen
perfectamente y que tocando sus respectivos instrumentos desempeñan sus roles
correspondientes, complementándose y haciendo que la música fluya en la
dirección correcta.
En
los nueve extensos pasajes que conforman éste disco Young, Talbot, Molina y
Sampedro se dedican a construir texturas fabricadas a base de electricidad,
distorsión y saturación; que se mascan perfectamente en el tema que da título
al álbum, Phychedelic Pill; que generan preciosos pasajes melódicos en Ramada
Inn y rítmicos riffs en Born In Ontario; que dan cuenta del magisterio melódico
a la guitarra, además del que Neil posee a las voces, en She’s Always Dancing.
Aunque
no tuviese el placer futuro de poder disfrutar de éste fantástico combo en
directo (a lo que no me resigno, poniendo el máximo acento en mis plegarias
para que tal posibilidad sea un hecho) la escucha de Phychedelic Pill me
produce la sensación de estar sumergido en un concierto, que se esta celebrando
en este mismo instante en el salón de mi casa y del que soy único espectador
privilegiado.
‘La edad no tiene nada que ver con pasarlo
bien. Algunas chicas son mucho más mayores que tú pero todavía son chicas y poseen
el espíritu y la llama. No existe noche oscura que no pueda traernos luz
también’.
Definitivamente,
el espíritu ha hecho resucitar la llama y esta luce intensamente en Phychedelic
Pill.
3 comentarios :
A mí me parece lo mejor de su última producción. Suena rugoso y potente, puro crazy Horse, y hay algún tema que es pura ambrosía..«Ramada Inn», «For The Love of Man»...Saludos
Deduzco que a ti también te ha hecho click, como dice manel, es su mejor disco desde hace bastante tiempo, un gran disco con ese sonido querido de CH y ese espíritu de Neil cuando se hace acompañar de los caballos locos, fantástica reseña Aurelio, y gracias por la mención.
Saludos.
Una pildora doble brillante que ya está dejando huella en el catalogo de Neil Young.
Un abrazo a los dos.
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