febrero 16, 2015

Coverdale/Page (1993).

Que Jimmy Page está en el dique seco no es una novedad para nadie. Últimamente vive dedicado a la reedición y ‘remasterización’ de los álbumes clásicos de la discografía del monstruo de hard rock que vehementemente insiste en resucitar, con la oposición ladina de Robert Plan; o en trabajos de dudoso contenido artístico como la edición del Box Set con material que formaba parte de las bandas sonoras de los filmes de serie B, Death Wish II o Lucifer Rissing, que vi anunciado en Uncut.

Haciendo repaso de cuanto tiempo hacía que no cataba una publicación con material propio del guitarrista británico, me vinieron a la memoria sus trabajos discográficos con Paul Rodgers bajo el seudónimo The Firm, sús últimas aventuras discográficas con el propio Plant que cristalizaron en Walking into Clarksdale, pero sobre todo me recordaron un disco fantástico; en el que se deja sentir la magia del zepelín de plomo y en el que compartía pluma con una garganta privilegiada del rock and roll –que por desgracia hoy perdió su fuelle- como David Coverdale; con un título más que evidente: Coverdale/Page.

Qué este no fuese más que otro intento consumado de resucitar a Led Zep es una cuestión sobre la que no me atrevería a disentir, si esta se plantease; aunque el contenido del disco deslumbre y nos descubra a un Jimmy Page y David Coverdale pletóricos, con ganas de gustar y disfrutar, pese a que el último no se presente en la versión vocal que del mismo conocimos a través de Deep Purple o Whitesnake hasta Feelin Hot, y en los previos nos parezca sertirlo como un cover del mismísimo Plant.

A parte de estas cuestiones, que para nada han de restar interés a un álbum como éste, Coverdale/Page es un disco que esta cargado del potencial de dos grandes, en el que una vez dan muestras de que el estatus que poseen es por mérito propio, aunque a todos los sitios les persiga el genio y la esencia con la que en su día formaron parte de las dos bandas británicas de hard rock más brillantes de todos los tiempos.

Shake My Tree oculta en su interior –con distinto tempo e intención- la secuencia melódica de In My Time of Dying; Pride & Joy la riqueza acústica de Brown-Y-Aur- Stomp o Over The Hill And Far Away, y Over Now la cadencia rítmica de Kashmir. Tanto Take a Look At Yourself como Don’ Leave Me This Way ponen en el candelero a la mitad restante de la naranja, dejando sentir a un David Coverdale cuya voz recorre los dominios que le son propios, brillando con la misma intensidad y fiereza que lo hiciese en sus mejores momentos con Whitesnake o en la Mark III de la saga purpúrea.

Otro disco fascinante a recuperar de las fauces voraces del tiempo y del olvido que, aunque pueda resultar predecible por procedencia, maravilla desde primera escucha.

3 comentarios :

Luther Blues dijo...

Aunque fue un intento encubierto de reflotar la mas grande banda de la historia salio un disco maravilloso.Bueno ,estaban Page y Coverdale que otra cosa podia surgir no ...
Un abrazo Aurelio

Unknown dijo...

Vaya dos bestias, sí. Pero es que, Page lleva más años siendo irrelevante que Falange en Andalucía; respecto al disco, ¿qué decir? Una maravilla; pocas voces hay mejores que las de Coverdale.

Aurelio dijo...

A Page facultades le sobran y seguro que ideas no le faltan... Quien sabe, quizás el futuro nos obsequie con un álbum como éste.

Gracias a los dos por leer y opinar.

Un abrazo.

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