Algunos
días necesito una bufanda de aire
fresco para empezar a funcionar. Nunca sabes, a primera hora de la mañana, como
van a responder tus resortes al meterte entre los oídos un bombazo de
adrenalina; pero hay ocasiones en la que la providencia
parece haber escuchado tus debates internos –je,je…- y, ante los estantes
en los que el polvo se deposita sobre los discos, te empuja a hacer la elección
acertada. Hoy es viernes y se supone que, ante la expectativa del descanso
semanal, las neuronas deberían funcionar con más agilidad, pero deben ser los
días festivos anteriores los que han postulado a 1861 como oportunísimo.
Repasando
la discografía de Moreland & Artbuckle, 1861
es para mi con mucho, en contenido, el álbum mas fresco que el ‘dúo’ de
Arkansas ha publicado hasta la fecha –teniendo en cuenta lo que me queda por
conocer, pues en estos momentos se esté cocinando lo que será su próximo álbum-,
por delante incluso de su último trabajo, el conceptual 7 Cities, en el que hacen semblanza de las hazañas del explorador
salmantino Francisco Vázquez de Coronado.
1861
es un trocito de cielo, un amalgama
de sabores, sensaciones y estados de ánimo; puro blues pantanoso de alta
graduación decibélica impregnado de las reminiscencias sonoras del Delta,
influenciado hasta los tuétanos por el estilo guitarrístico de Son House y por
los modos en que Little Walter o Sonny Boy hacían gemir sus harmónicas. Es uno
de esos discos diáfano de artefactos, en el que la destreza en la
interpretación hace evidenciar que no es necesario más que disponer de un
puñado de buenos temas para conseguir impactar y llegar al corazón del oyente.
1861 cuadra plenamente con el blues
profundo de bandas contemporáneas como Delta Saints – sobre todo con la
frescura y fiereza contenida en sus dos primeros EP’s, Pray On y Bird Called Angola-,
y al mismo tiempo es estéticamente concomitante con el sonido de viejas glorias
del Swamp Blues, como Slim Harpo. Abren, con descaro y haciendo justicia a la
esencia del blues sureño, con una expléndida versión del clásico de Hound Dog
Taylor Gonna Sed Ya Back To Georgia, se reencuentran con la esencia del hillbilly
de las montañas en la épica The Legend, y arrebatan el corazón con una
cucharadita de nostalgia, al entornar su particular mea culpa en Wrong I Do.
Si
te dura la resaca de las navidades pasadas o no
has sido todavía capaz de poner los pies en la tierra tras el torbellino
de celebraciones, 1961 es un magnifico
antídoto contra la apatía y, sin duda, una fantástica manera de empezar musicalmente
el fin de semana. Sed felices…
3 comentarios :
Ese aire a los Allman Brothers les sienta genial. Desconocía absolutamente la existencia de este dúo. Pero hay que ver cómo suenan. En un principio los confundí con los Kansas de Steve Morse. Abrazos, maestro.
Tienes razon Aurelio, una manera excelente de empezar este finde, hoy toca Kansas y bottle Rocket.
Abrazo.
Lo de Kansas, Alex, es porque el título del álbum rememora la constitución de ese territorio como estado; un lugar con el que tanto Dustin como Aaron parecen tener bastante relación, según las propias notas del álbum...
Si te refieres a Bottle Rockets, Addi, a estas alturas que lo hayas disfrutado...
Un abrazo para los dos.
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