Me
suelen influir las circunstancias externas, el nivel de ánimo, a la hora de
encontrarle el duende a un nuevo
álbum, incluso si éste es el último trabajo de uno de mis músicos de referencia
–como ocurre en el caso actual- y con independencia de que un disco pueda
gustarme más en unos momentos que en otros, después de haberme tomado mi tiempo
para escucharlo atentamente, con Storytone
estoy en una montaña rusa de
sensaciones, que unas veces empujan a favor y otras en contra.
Si
tuviera que recordar ahora mismo cual de los últimos trabajos en solitario de
Neil Young me causó plena satisfacción en el primer abordaje, creo que tendría
que remontarme demasiado tiempo atrás, quizás más de una década; pues aunque la
magia de su música se deposita a lo largo de su obra, solo quede plenamente
colmando últimamente a primera vista
con sus trabajos a lomos del Caballo Loco: Americana,
Phychedelic Pill y, sobre todo, Greendale.
Percibo
una influencia profundamente emocional en Storytone
que me empuja mentalmente a dibujar cierto paralelismo entre lo contenido en
éste álbum y el mítico Harvest; la
influencia de la pasión que generan los sentimientos rodean a temas como Plastic Flowers o Glimmer de un halo especial, por el que se les puede comparar en
armonía con Man Needs a Maid o Heart of Gold, aunque no se les pueda
asimilar en belleza. Piezas intimistas como Tumbleweed,
en la que Neil Young se acompaña únicamente con el rasgueo del ukelele, I’m Glad I Found You o When I Wach You Sleeping, son pura
expresión musical de embriaguez amorosa,
además de ser el crisol de la línea argumental de éste álbum.
Aunque
me haya costado y finalmente haya logrado sintonizar con el primer disco –en
solitario- con el segundo –Orquesta y Banda- me cuesta; lo encuentro ampuloso,
rimbombante y en ciertos momentos, con la excepción de I Want To Drive My Car -en el que el blues es el hilo conductor y
que sale reforzada por el acompañamiento con respecto a la versión en solitario-
me suena artificial, transmite una sensación de falta de naturalidad, de falta
de interacción entre orquesta y solista, los arreglos parecen ajustados con
calzador sobre un corset pregrabado, con una intención puramente decorativa que
en ningún momento consigue sumar y crear un todo.
Varias
veces han sido las que Storytone ha
estado entre mis manos, pero el sabor agridulce del conjunto ha actuado como
freno de la impaciencia, a la espera de que su versión en vinilo sumase
factores a favor de su adquisición.
3 comentarios :
Me gusta mucho el disco siempre que me concentre en exclusiva en el apartado acustico, lo oruqestal solo unos temas, tre.
Abrazo.
Creo que necesitaba desquitarse. Su anterior artefacto era un aparato experimental bastante peligroso y con éste, creo que ha mejorado sus prestaciones. Es más Young.
Estoy de acuerdo con vosotros, este álbum ha conseguido llenarme más que los trabajos anteriores en solitario, pero prescidiendo del segundo disco desde luego, ya que a día de hoy -quizás en un futuro cambie de impresión- lo considero superfluo.
Un abrazo.
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