marzo 07, 2014

Time Fades Away.

Cada día tengo más claro que es fundamental deshacerse de condicionamientos a la hora de acercarse a una obra discográfica; desprenderse de las etiquetas, de las opiniones subjetivas publicadas en prensa e incluso, de las opiniones del propio autor, es más que recomendable si no quieres lamentarte por haber dejado dormir en la ignorancia un buen bocado de rock and roll.

Cada día, también, tengo más claro que las razones que Neil Young debió de tener para manifestar algún tipo de repulsa hacia un álbum como ‘Time Fades Away’ debieron ser puramente humanas y no musicales. Sin duda debieron ser los sinsabores producidos por la pérdida de un amigo y de una pieza fundamental en su trayectoria musical, Danny Whitten, a parte de otros desastres de mucha menor entidad sobrevenidos a los Stray Gators en la gira de idéntico título que el disco en cuestión, los que ayudaron a construir un muro de rechazo entre el autor y su obra.

Cuarenta y un años después de su publicación y teniendo como referencia una cosecha, que sigue creciendo en algunas ocasiones de manera más afortunada que en otras,  creo que en su catálogo podríamos señalar algunos otros desastres que para los fans son más evidentes, por ejemplo aquellos experimentos electrónicos de la era Geffen, más propios de las bandas de la new age que de un compositor que había creado, con forma de álbum, alguna de las piezas fundamentales de la historia del rock and roll.

Musicalmente no encuentro razones por las que un álbum como ‘Time Fades Away’ haya sido sometido al olvido, más que los propios prejuicios del compositor, quien ciertamente a contribuido a ello postergando su reedición en cualquier soporte; pues las piezas que lo integran son un compendio que resume perfectamente la naturaleza de la obra musical de Neil Young. Cualquier neófito que pudiere acercarse al álbum sin conocimiento previo de la obra del autor encontrará en él un esquema detallado de la trayectoria musical del músico canadiense.

Pienso decididamente que ‘Time Fades Away’ es un álbum que posee todos los ingredientes necesarios para gozar de la misma consideración que cualesquiera de los otros grandes discos del bardo de Winipeg, composiciones de belleza lírica y armónica, de las que son muestra las archiconocidas Journey To The Past y Love in Mind, la vena y el aroma country con las que luce Time Fades Away, la facultad de emocionar desde el sentimiento puramente intimista de las que es ejemplo más que notable The Bridge, y la habilidad evidente para filtrear con el rock and roll, más áridamente guitarrera en unas que en otras, que muestran las inéditas Don’t Be Denied, Last Dance, Yonder Stands The Sinner y la fantástica L.A.

A partir del próximo 19 de abril (record store day), si somos avezados, tendremos 3.500 posibilidades de hacernos con una copia en vinilo de ‘Time Fades Away’ para evitar tener que pagar una pasta por una primera edición en mercadillos de segunda mano y poder deshacernos finalmente de aquella compilación pirata o archivo digital que impidió brillar a la obra en toda su intensidad.

4 comentarios :

Jorge García dijo...

totalmente de acuerdo, siempre he pensado que la decisión que motivo a Neil Young a tener con este disco la actitud que ha mantenido durante años ha sido personal, musicalmente me parece una obra, como bien dices que esta acorde con cualquier otro trabajo de la época del canadiense.
Fantastica reseña y revindicación, por cierto yo este lo tengo en vinilo como una joya.
Abrazo y buen fin de semana.

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

Como Addison, coincido absolutamente contigo, Aurelio. No puedo añadir más, ni a tu texto, ni al comentario del querido compadre vizcaíno.

Un abrazo.

Víctor Hugo dijo...

Este lo tengo en vinilo. Suena a gloria.

Es lo que tiene ser un artista de verdad, que hace con su obra lo que considere... aunque eso signifique privarnos de una maravilla.

Aurelio dijo...

Gracias por opinar amigos. Al acercarse uno a este álbum, a poco amante y conocedor de la obra de Neil Young, se percibe la sensacion y opiniones que escribí en la entrada: obra genial a la que no se ha hecho justicia por el propio autor.

Por cierto, estoy a la espera para hacerme con mi copia en vinilo.

Un abrazo.

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