febrero 18, 2014

Firewater.

Lleva girando en mi reproductor más de medio año, aunque he decir que la llegada tanto del álbum como de Wiskey Myers a mis oídos fue más bien casual, cuando visitaba un conocido portal de internet, en el que se les comparaba con otras bandas similares cuyos álbumes ojeaba. En todo el tiempo anterior habían pasado desapercibidos tanto para la blogosfera como para mi, y no es hasta el momento actual en que estos cinco chicos de Tyler (Tejas), con motivo de la publicación de su tercer trabajo en estudio, Early Morning Shakes, han empezado a ocupar entradas, artículos y reseñas en blogs, tabloides y revistas online.

Es sorprendente y gratificante observar el montón de grupos que están cogiendo el relevo los clásicos que se resisten a soltarlo, como Lynyrd Skynyrd o ZZ Top. Varias son las propuestas más o menos actuales de  las que disfrutamos los amantes del género, además de los discos clásicos que venimos pinchando ni se sabe el tiempo, como Blackberry Smoke, Hogjaw, Delta Saints, Vegabonds, U.S. Rails, Hellsingland Underground… de las que también forman parte desde su puesta de largo discográfica Whiskey Myers, allá por el 2008. 

En fin, amigos, es evidente que el arena rock setentero brilla y se revitaliza y aunque hallamos visto desaparecer lamentablemente proposiciones musicales tan interesantes como la de Zach Williams & Reformation, el género goza de salud –aunque el rock and roll actual no goce tanto de ella, por su limitada repercusión mediática aunque no por su falta de calidad,- y nada más evidente de ello que escuchar el segundo trabajo de Whyskey Myers, Firewater.

Grabado en 2011 bajo la producción de Leroy Powell, gran conocedor del género por propia experiencia -al que tampoco deberíais dejar pasar de largo, ni en solitario ni con sus Messengers-; esta compilación de canciones profundiza en las raíces del rock americano de los setenta en onda con un southern rock lleno de matices, en el que pelean guitarras, slides y pedal Steel, para conjugar un brebaje de sonidos que hermanan las esencias del delta del Mississippi con las del country rock tejano.

Las referencias a los clásicos se percibien at first feel nada más entrar en contacto con los matices vocales Van Zantnianos de Cody Cannon, guitarra, voz y artífice principal de la lirica contenida en los temas, aunque el coctel de sonoridades y matices también nos ponga en contacto con la escena musical contemporanea, con alusiones melódicas significativas a los Truckers de Patterson Hood en Broken Window Serenade

Piezas con gancho musical sin par en este álbum son  Bar Guitar and a Honky Tonk Crowd, Turn It Up o Strange Dreams tejidos con rock and roll fibroso, guitarrero y suculento, urdido por quitarras naturales y distorsionadas, al que se añaden tonadas como Ballad Of A Southern Man o Virginia, que recrean melódicamente escénas cotidianas de la vida sureña y que brillan en plenitud de feeling y plenas de euforia, como Ana Marie. Sobresale sobremanera en este álbum la excelencia del trabajo a las pedal del productor, Leroy Powell, pero también el de Cody Tate y John Jeffers a la hora de tejer motivos decorativos con escalas y glisandos de slide; quienes junto a el otro Cody forman el tridente guitarrero de la banda Tejana.

Aunque creo que por el momento no hay fechas en su agenda, esperemos que la presentación de su último trabajo les prodigue por ende y fundamentalmente por nuestras tierras, para poder disfrutar de tu a tu de lo que tanto deleite produce escuchar enlatado.

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