
La interpretación de Bradley Cooper, al igual que la de Jennifer Laurence, es buena pero no sobresaliente y pese a la expectación despertada, tanto las interpretaciones como la historia no aportan nada nuevo a lo que habitualmente nos tiene acostumbrados Hollywood.
El argumento es la típica historia de chico busca chica y viceversa, cuyo nudo principal es la relación tormentosa entre ambos que, pese a las vicisitudes, acaba culminando, como no, en un final feliz; la historia eterna de la comedia americana. Aunque previsible en el desenlace se deja disfrutar sin resultar pesada ni demasiado melosa, y alcanza para pasar una buena tarde de fin de semana, si no tienes en cartelera una historia más auténcia y novedosa o si te apetece relajarte sin devanarte los sesos.
El argumento es la típica historia de chico busca chica y viceversa, cuyo nudo principal es la relación tormentosa entre ambos que, pese a las vicisitudes, acaba culminando, como no, en un final feliz; la historia eterna de la comedia americana. Aunque previsible en el desenlace se deja disfrutar sin resultar pesada ni demasiado melosa, y alcanza para pasar una buena tarde de fin de semana, si no tienes en cartelera una historia más auténcia y novedosa o si te apetece relajarte sin devanarte los sesos.
En cuanto a la banda sonora, cabe destacar algunos temas intercalados en el metraje, como el compuesto e interpretado por la nueva promesa sureña Alabama Shakes Always Allright, junto a clásicos de la talla de Girl From The North Country, interpretado al alimón por Bob Dylan y Johnny Cash, el What Is and What Should Never Be de Led Zep o The Moon of Mamakoora de Les Paul & Mary Ford.
Un drama romántico que se deja ver sin tirar cohetes, ensalzado en demasia por la promoción con la que cuenta y con la que, por supuesto, le ha proporcionado encontrarse entre las nominadas por la academia de cine americano.
Uno de los momentos musicalmente más brillantes:
Uno de los momentos musicalmente más brillantes:
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