Creo que he
escogido, sino el mejor, uno de los mejores días del año, en el que muchos
pueblos de raíz cristiana celebran los ‘santos inocentes’, para seguir
contándote aventuras musicales desde éste futuro musicalmente incierto de
nuestros días. Y creo que ha de ser el mejor día, aprovechando la fiesta que
hoy celebramos, para contarte como se han puesto de serias las cosas a la hora
de recoger influencias para escribir
canciones.
Quizás el tema no te
sea tampoco demasiado novedoso o extraño, pues en tus días quizás llegaran a
tus oídos las acusaciones vertidas al comparar la melodía de tu it’s now or
never con la del O Sole Mio de Enrico Caruso, aunque creo que aún
conociéndolas te resultarían, como a mi me ocurre, simplemente anecdóticas.
Seguro que a tus
trece años, como cualquier niño, al recibir con incertidumbre la adolescencia,
eras un ser influenciable que, como una esponja recogía los esquemas, las
aptitudes y los sonidos que te ayudaban a exteriorizar el sentimiento de
rebeldía típico de esa edad; aquellas canciones de raíz afroamericana o
procedentes de la música tradicional norteamericana que fueron el génesis del
rock and roll y que, tanto tú como tus coetáneos, bien utilizasteis para
expresaros musicalmente. A lo peor, en algún momento de tu carrera musical
alguien pudo llegar a pensar, como ocurrió con el tema tuyo que antes mencioné, que
intentando crear un estilo habías cruzado la delgada línea que hay entre la
adaptación y la copia, pero hasta a Sam Phillips se le hubiese desatado la risa
floja ante tal suposición, incluso encontrando similitudes en el tempo de dos de
los compases del Jailhouse Rock con los de cualquier rhythm & blues
tradicional.
Hoy día, quizás la
línea que separa ambas cosas esté aún más difusa. En esta época que vivimos
parece que todo, musicalmente hablando, se inventó en un pasado no muy remoto y
que la tarea de los compositores actuales se circunscribe a seguir las
directrices con las que se crearon estilos, como el doo woop, o movimientos musicales,
como la psicodelia, y que lo que queda no es más que copiar las progresiones y
sonidos que caracterizaron tanto a unos como a otros. Pero, aunque esto fuese
así, ciento por ciento, creo que a los fans del rock and roll nos importaría un
pimiento, pues con la producción musical de éstos días vibramos tanto como lo
hacemos al escuchar cualquiera de tus viejas canciones.
Pese a haber
despeñado, en cierto modo, en estas líneas el papel de abogado del diablo, creo
que debo despojarme de ese pellejo y reconocer que desde el nacimiento del rock
and roll hasta nuestros días existen casos sangrantes y evidentes de copia
descarada, aunque he de decir que también creo que, para la inmensa mayoría, éste
asunto carecerá de la menor importancia tras comprobar que quienes quizás utilizaron esa oscura medicina llamada plágio, han creado fenómenos musicales de
referencia universal.
Temas como éste
seguro que incluso a ti te habrán hecho disfrutar, aunque hubiere quién pudiese considerar
que no son más que la copia de algo…
P.S. Que no os tomen el pelo demasiado...
1 comentarios :
Bueno, es el círculo que nunca se completa. Pero, que más dará? Benditos plagios los de , por ejemplo, Led Zepp..feliz año! Saludos.
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