julio 13, 2011

Continua moviéndote...

Benditas sean las reediciones de álbumes de los clásicos del rock, las cajas especiales que contienen toda o la mayor parte de la discografía de un artista, pues aunque muchas veces me tenga que dejar los ojos para conseguir leer las notas de la contra cubierta, los temas que contiene el disco o los músicos integrantes de la banda, suelen ser una maravilla para todos los amantes de la buena música contemporánea.

El caso, es que el otro día, vi en las estanterías, una caja de las que está publicando últimamente Wea, bajo el sello Rhino, que contenía los cinco primeros álbumes de The Paul Butterfield Blues Band, y decidí quedarmela, pese a haber escuchado a Paul Butterfield en el Woodstock Uno interpretar el Love March o intervenir como homenajeante, solo o acompañado de Muddy Watters, tanto en la película como en el álbum, de The Band The Last Waltz.

Sabía que la Paul Butterfield Blues Band fue, en algún modo, la contra partida americana a la escuela de blues de los John Mayall’s Bluesbreakers, y que de su aula habían salido guitarristas de la categoría de Mike Bloomfield y Elvin Bishop, pero lo que desconocía era su perspectiva musical.

Mi sorpresa ha sido mayúscula, deleitosa y gratificante, al poder escuchar un álbum como Keep on Moving, del que como ya dije, solo conocía el tema que lo abre, Love March , pues me he encontrado con una amalgama de sonidos que no esperaba. Suele ocurrir que identificamos a un artista con un género en concreto, y en este caso Paul Butterfield me cuadraba dentro del género del blues más tradicional, por lo que he comprobado, en primera persona, eso que dicen de que, poner etiquetas a las cosas o las personas, pone barreras más que abre horizontes.

Sin duda que el álbum goza de la influencias de la época en que fue concebido y publicado, como se puede apreciar en Love March, cuya letra se hace eco del protest song típico del movimiento e ideario hippie, pero claramente, en conjunto, es una compilación especial de blues, soul e, incluso, jazz, entretejida de tal forma que hará las maravillas de quien se lo ponga entre los oídos.

En Morning Sunrise nos encontramos con el sonido soul más clásico, entretejido por intrumientos de viento y sincopado con la percusión más tradicional del género. Losing Hand evoca el sonido el blues de Chicago, aunque tanto en este tema, como en Walking by Myself (versión del clásico que solo había escuchado anteriormente de manos del tristemente desparecido Gary Moore) los vientos nos trasladan al soul inequívocamente, aunque en este último encuentre aires de los Bluesbreakers de A Hard Road. Las versiones de Except You y Love Disease nos conducen inevitablemente hacía clásicos como San Cooke u Otis Redding, en cuyo repertorio podían encajar perfectamente.

En definitiva, este es un álbum en el que podemos apreciar que, Paul Butterfield, pese a ser nativo de Chicago, encuentra las raíces de su música en la América más profunda, más típica de los estados del sur, y cual es el nexo le une a otros grandes coetáneos como los Allman Brothers.

He leído y oído muchas veces referirse a Elvin Bishop como uno de los mejores guitarristas de blues vivos, algo que siempre me confundía un poco al escuchar el Raising Hell, no porque no lo considerase un gran guitarrista, sino por el ‘etiquetado’ de su estilo, pero ahora tengo claro que las clases del maestro hicieron mella en el alumno y que éstas anidaron profundamente en su espíritu musical.


Un pequeño bocado del álbum: Walking by myself.






4 comentarios :

Scott Saint-James dijo...

Grandisimo y reverencial artículo, Aurelio. Yo tuve una época tope Bloomfield (el tipo era escandalosamente bueno) por lo cual toqué en profundidad a la Butterfield, y me di cuenta entonces de la cantidad de tesoros que andan por ahí esperando que uno los descubra.
Ahora llevo toda la semana liado con los Allman, los estoy escuchando desde otra perspectiva...o no se el que, dios mio que grandes. Siempre me habian gustado pero ahora les veo otra historia.
Bueno, cuidate.
Cheers!

Aurelio dijo...

Me alegro de que te haya gustado. Desde que, hace unos 27 años, escuché por primera vez 'At Fillmore East' en casa de un amigo musiquero como yo, de la colección que tenía su hermano mayor, quedé prendado del sonido de los Allman Brothers, y hasta hoy día, he ido siguiendo su discografía casi paso a paso. La buena música siempre lo será, aunque hayan pasado más de 40 años desde la edición de The Allman Brothers Band.

La música da color a la vida.

Saludos.

manel dijo...

Las reediciones si están bien hechas y con mimo son fuente inagotable de sabiduria musical. Aunque a veces su precio es inabordable. Las de Rhino son todas unas joyas. Buscaré esta de Paul Butterfield, no sabía que había salido. Gracias por la info. Saludos.

Aurelio dijo...

En estas ediciones se hecha un poco de menos el poder leer las notas interiores que ayudan a ponerte un poco en situación y a ubicarte en los entresijos de la publicación de cada álbum; pero merece la pena por el contenido musicial.

Gracias por participar.
Un saludo.

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