Aunque
su próxima pasada por nuestro país, hasta el momento, no está prevista hasta el
verano de 2015 (6 de agosto, Festival de Leyendas del Rock de Villena) Blues
Pills son ya unos veteranos de nuestro circuito de salas. De hecho son una
banda que se ha forjado sobre los escenarios recorriendo continuamente la vieja
Europa, desde que en 2011, capitaneada por Zach Anderson y Cory Berry –ambos
ex-Radio Moscow- y la vocalista sueca Ellin Larsson, ejerciente de maestra de
ceremonias; pusieron en marcha su propósito de pintar la escena musical europea
con su visión particular de la psicodelia.
Las
coincidencias entre el sonido de Blues Pills y Radio Moscow son argumentales como
cabría esperar, aunque hay que decir que Anderson, Berry y cía. se han sabido
deshacer de los elementos sonoros de carácter barroco que subyacen en el sonido
de la banda americana, optando por un cóctel más típico de la psicodelia americana
pre-Woodstock. De hecho se podría asegurar sin temor a errar que están a medio
camino entre la música de Big Brother & The Holding Co. y Jefferson Airplane, con reminiscencias del
sonido con el que los británicos Fleetwood Mac crearon dos fantásticos álbumes
titulados Kiln House y Then Play On.
Con
arraigo en la escena musical europea, este conglomerado de nacionalidades surgió
de la corriente europea revivalista del blues rock setentero; de hecho Don
Alsterberg –Graveyard- ha estado
implicado de principio a fin en todo el proceso de elaboración, desde la mesa de grabación hasta
en las tareas de producción, de este –Blues Pills- su primer larga duración.
Blues Pills es en si más una compilación
que un catálogo de nuevas canciones, pues esta basado fundamentalmente en versiones de
los temas contenidos en sus dos Ep’s -Bliss
y Black Smoke-, mezclados con
algún tema de nueva producción; todos ellos revestidos de un sonido directo y
demoledor. Aunque en cortes como Astralplane
se adivina el pincel melódico de Peter Green en las guitarras del francés
Dorian Sorriaux, la voz de Ellin convierte al tema en electrizante a la vez de
conmovedor. La energía se masca en el ambiente desde el arranque de High Class Woman, haciéndose evidentes
las dotes de la vocalista sueca para conjugar géneros; blues y soul se funden
con la gracia, la facilidad, la potencia con la que Janis concelebraba, creando
una atmósfera densa de rock and roll.
Potentes,
cañeros, electrizantes y cautivadores… quizás los temas contenidos no emanen un
aire innovador, pero ésto lo suplen con creces las ganas que demuestran para hacer
vibrar al oyente; lo que convierte a Blues
Pills en un álbum plenamente recomendable.
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